Pueden distinguirse entre dos tipos de lepra: la lepra tuberculoide produce manchas que se vuelven anestésicas, mientras que la lepra lepromatosa se caracteriza por los grandes nódulos conocidos como lepromas.
La lepra puede generar la destrucción de tejidos, la deformación y la mutilación del enfermo. Existen fármacos y corticosteroides para el tratamiento de la enfermedad, mientras que la intervención quirúrgica puede ser una opción para evitar las deformidades.
La única forma de prevenirse de la lepra es evitando el contacto físico cercano con los enfermos que no están en tratamiento. También se recomienda el lavado frecuente de las manos. Cabe destacar que los sujetos afectados que están recibiendo medicación no transmiten la enfermedad en el largo plazo.
Los primeros síntomas de lepra suelen aparecer entre 4 y 8 años después de la exposición a la bacteria e incluyen el entumecimiento de las extremidades, el surgimiento nódulos, el dolor en la piel y la congestión nasal. La lepra puede ser diagnosticada a partir de una biopsia.
http://www.nietoeditores.com.mx/download/Dermatologia/2012/Enero-Febrero/Derma%201.9%20Lepra.pdf